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Alberto Gamboa: La historia del Gato que siempre cae de pie

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Sus seguidores llegaban a hacer fila para contarle sus complicaciones amorosas por su conocido ‘consultorio sentimental’, mientras, los militares lo apresaban cada vez que incendiaba la opinión pública con sus titulares en El Clarín.
 Por: P.Bañados, M.Bustamante, J.Moreno
Candentes eran los ejemplares que cada mañana se repartían en los kioskos de todo Chile en los 70’. El Clarín, bajo la dirección de Alberto, “Gato” Gamboa era el responsable de grandes disgustos de la oposición en el período de la Unidad Popular. Según el mismo ex director, la irreverencia va consigo y el miedo no es parte de su vida. Como preso político por tres años y blanco constante de sospecha, aprendió a caer de pie. Como testigo de sus 1.115 días de tortura, escribió ‘Un viaje al Infierno’ donde recopiló testimonios de sus compañeros de encierro e intentó reflejar la humanidad que existió, tras el período de mayores violaciones a los derechos humanos vivido en Chile.
A lo largo de la historia periodística, el rol informativo que ha cumplido la prensa se ha visto ligado a la política,  tanto como en beneficio de gobiernos oficialistas como también, fieles representantes de la oposición pública. Esta última función, es generalmente entorpecida por medio de la censura que ejercen los grandes poderes del Estado, el Golpe llevado a cabo por las fuerzas armadas en el año 73’ eliminó hasta la más mínima prensa de oposición. Sin embargo, la astucia del periodista de trincheras fue pieza clave para restaurar la historia y ayudar al retorno de la democracia. Alberto Gamboa, fue uno de los periodistas destacados por su rol ejercido durante las tres fases que vivió el país producto de la toma del poder; el antes, durante y el después.
Gamboa, nació el 16 de febrero de 1926, profesor egresado del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile jamás ejerció su profesión, a pesar de tener un curriculum diverso por el índole de sus trabajos, el periodismo ha sido el fiel reflejo de su pasión lo que demostró dedicándose a este por más de seis décadas. Gato, su apodo también lleva bastante tiempo haciéndole compañía, esto gracias al ingenio de su compañero de la Escuela Primaria, José Victorino Lastarria. En un principio, el interés periodístico de Gamboa se dirige al ámbito del deporte, ahí se desempeñó como reportero del diario La Opinión a la edad de 17 años. Su esposa, María Estela Urzúa sostiene que lo que potenció a Alberto fue su formación en la calle bajo un gran tutor, Morales Álvarez, quien aprovechó todo el potencial de Gamboa.
Triunfo de Allende y el ascenso de El Clarín
Una vez que Allende llega al poder, el diario El Clarín, ya contaba con una gran circulación nacional y el periodismo popular vivía su auge con la dirección de Alberto Gamboa en el diario. El dueño, Darío Saint-Marie, vio en Gamboa la audacia en la escritura y el reporteo, por esto le pide que sea él quien se encargue de los temas policiales, amorosos y sociales que presentará Clarín en cada edición.
‘Firme junto al pueblo’, era el eslogan del diario. Gamboa se esforzó por obedecerlo al pie de la letra, participando de cada actividad social que se realizara en poblaciones; reuniones sindicales, centros de madres o cumpleaños de personajes populares donde pudiera conseguir una buena historia. Para él cualquier hecho noticioso por insignificante que fuese tenía aristas interesantes, esto se reflejaba en su narrativa, simple y cercana pero abundante en detalles expresados en un lenguaje coloquial que cualquier chileno pudiese comprender.
La insistente preocupación de El Clarín por la clase popular, tenía un tinte político por medio.  El diario, era muy cercano al gobierno de Salvador Allende y el mismo, poseía vínculos amistosos con Saint-Marie y Gamboa. “Allende siempre fue amigo nuestro, naturalmente había que marcar distancia públicamente. Casi todos los días, Salvador iba en la noche a revisar que material íbamos a publicar en la mañana, tipo siete de la tarde. Tengo que decir que él jamás pidió censurar ni editar nada”, recordó  Alberto.
El talento del ‘Gato’ para titular era una gran herramienta para captar audiencia, algunos de los titulares más recordados de su autoría son; La Chabelita es liviana de sangre: tiene buenos choclos”, en alusión a la visita de la Reina Isabel a Chile o “Ramírez habló a poto pelado”,debido a la fotografía del futbolista sin ropa interior. “La mezcla de espectáculos y política era una mezcla sagrada para el éxito, podías divertirte, informarte y tener opinión propia, algo que hoy  no existe en ningún medio”, enfatiza el periodista Federico Gana, cercano a Gamboa.
Término de El Clarín y la libertad de Gamboa
La edición de El Clarín del 11 de Septiembre del 73’, no alcanzó a llegar a los kioskos, la principal razón, la complicidad del diario que sostuvo con el Gobierno de la Unidad Popular. En la madrugada, los militares allanaron las oficinas ubicadas en calle dieciocho y junto con otro grupo de periodistas, el Gato Gamboa fue llevado al Estadio Nacional en calidad de preso político. “El título que teníamos para ese día era más o menos así: ‘Curas engañan a los feligreses haciendo creer que el Golpe es panacea’, y bueno, no estábamos lejos de la realidad”, señaló Gamboa.
La estadía del Gato en el Estadio Nacional duró alrededor de tres meses y luego fue llevado a Chacabuco, la central más grande de presos políticos en Chile. Estuvo allí tres años y fue liberado en marzo de 1976. Durante su estancia en Chacabuco, su capacidad de reportear, además de sociabilizar otra vez se hizo presente, esta vez con la creación del diario mural redactado por los presos de la central y editado por Gamboa.
La experiencia terminó relatada en el libro de su autoría, “Un viaje por el infierno” que recopila testimonios de él y sus compañeros en Chacabuco, donde rescata el lado humano  tanto de los presos como algunos militares que se cruzaron en su camino. En su libro, Gamboa relata  que a su salida del centro Chacabuco,  logró comprender que “esa pelea de la mente y el espíritu, tan agotadora, la había ganado yo. De nuevo estaba entero”.
 De vuelta a la vida, de vuelta al periodismo
La reinserción en la vida periodística que tuvo Gamboa durante la dictadura, fue un camino complicado para el periodista. “El Gato tocó muchas puertas, que se le cerraron, pero también hubo otras donde recibieron con los brazos abiertos. Lo que sí, ya no optaba a cargos como director por su asumida y conocida oposición al régimen de Pinochet”, aseguró su esposa. Ante las sugerencias de autoexiliarse el confiesa en su libro “No quería perder el vínculo con los que peleaban acá adentro, me gustaba el merengue y la lucha, aunque fuera silenciosa y completamente ineficaz”.
Un cargo importante en el que se desempeñó pasados los años más intensos de persecución política, fue como director en “El Fortín Mapocho”, que recogió parte de lo que fue la línea editorial de El Clarín, convirtiéndose en otro periódico de oposición. Uno de los titulares más famosos de la autoría de Gamboa en el Fortín, recorrió el mundo y decía así: “Corrió solo y llegó Segundo”, titular que aludía al plebiscito del 88’ con la campaña del Sí y el No. Esta frase lo llevó a la nominación del premio Internacional de Periodismo, Príncipe de Asturia.
Últimas andanzas en el periodismo
Alberto Gamboa, se retira del periodismo en el año 2010 debido a conflictos internos en el diario La Nación, donde se desempeñó como asesor alrededor de cinco años.  Anterior a eso, también trabajó en el diario La Época y La Cuarta (siendo Gamboa uno de los fundadores de éste último), además de la revista Ercilla donde acudió a la llamada del periodista, Emilio Filippi. Sin embargo, ninguno de estos diarios recuerda con tanta pasión y entusiasmo como El Clarín y El Fortín Mapocho. ¿La razón?, “Yo ya no veo ningún diario como antes. El diario que nosotros hicimos (El Clarín), era popular porque íbamos a la casa de la gente, cosa que hoy es poco usual. Yo dejé ‘las patas’ en la calle, no como ahora que el ‘hueveo’ es por Internet”,admite el Gato.
A raíz de sus vivencias como periodista antes, durante y después de la dictadura, el escritor y periodista Francisco Mouat, le propone a Gamboa escribir un libro, el cual se publicó en el 2010 titulado ‘Las siete vidas del Gato Gamboa’.  Destacando su resiliencia en términos de tortura y profesionalismo.
Gamboa ha sido nominado en variadas oportunidades al Premio Nacional de Periodismo, el cual no ha ganado y se rehúsa a seguir siendo postulado. Sin embargo, ha ganado el Premio a la Trayectoria Periodística, otorgado por el Colegio de Periodistas de Chile, Premio a periodistas destacados de Chile por la Intendencia de Valparaíso, el Premio Camilo Henríquez y el Premio Bicentenario de Periodismo de Chile.
Su vasta experiencia en el periodismo, dejó un legado de la narrativa dirigida a la clase popular y le dio importancia a quienes eran marginados  de la agenda noticiosa. Se permitió ahondar en temas antes no abordados de manera llamativa y que produjo un acercamiento por parte de las capas bajas a la lectura de prensa. En palabras de su amigo, Federico Gana, jugó con la psicología y fisionomía de la sociedad chilena, logrando reflejar una realidad social impresionante.
Publicado originalmente en:
http://www.museodeprensa.cl/alberto-gamboa-la-historia-del-gato-que-siempre-cae-de-pie/