Por Isabel Reyes y Patricio Segura (desde Puerto Guadal)
La multinacional Newmont inscribió a fines de diciembre un total de 182 nuevas solicitudes para la exploración y explotación minera en la región en torno a Coyhaique, sumando un total de más de 50.000 hectáreas según consta en el Diario Oficial del 10 de enero de este año.
Los terrenos inscritos por la compañía norteamericana se ubican cerca de la frontera con Argentina, una zona que se caracteriza por bosques de lenga y ñire. Además, en muchas de estas áreas existe presencia de patrimonio arqueológico y paleontológico.
Estas inscripciones se suman a otras miles de hectáreas inscritas en febrero y junio de 2018.
El 15 de enero de este año, Newmont se posicionó como la industria de oro más grande del mundo. Esto después de adquirir por cerca de US$ 10.000 millones a la compañía canadiense GoldCorp.
Con múltiples inversiones a nivel global, GoldCorp impulsaba hasta hoy en Chile los proyectos Nueva Unión (Alto del Carmen, región de Atacama) y Norte Abierto (Tierra Amarilla, región de Atacama). Además, de mantener durante años concesiones de exploración en la región de Aysén, en el sector conocido como El Estero a unos 15 kilómetros al noroeste de Puerto Ingeniero Ibáñez.
Ambas compañías han operado en países como Guatemala, Honduras, México y Perú, donde han enfrentado conflictos socioambientales, pero también denuncias por violaciones a los derechos humanos.
Uno de los casos más emblemáticos de la compañía GoldCorp a nivel global se dio en Guatemala, donde operó por más de una década. La mina Marlin, al oeste del país, trajo consigo crecimiento económico, pero también severos impactos en la biodiversidad, como la contaminación de ríos, e incluso ocasionó la muerte de personas.
En 2009 un hombre fue quemado vivo por trabajadores de la empresa. Un reportaje publicado en The Guardian cinco años después, en 2014, reveló su historia. “Él defendía nuestros derechos. Informaba a las comunidades sobre los problemas que había traído la minera, y estaba avanzando en una consulta popular (acerca de la permanencia de la empresa)”, dijo una amiga de la viuda al medio inglés.
Después de esta y otras situaciones, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos instó al gobierno guatemalteco a suspender las operaciones de la mina Marlin. Sin embargo, la petición no fue acatada.
En 2010 un estudio realizado por investigadores de salud ambiental de la Universidad de Michigan alertó sobre los daños en la población indígena que vivía en sectores aledaños al recinto minero. “Tienen en su sangre y orina mayores niveles de metales potencialmente tóxicos que quienes viven a más de 7 kilómetros”, se asegura en un reportaje de la BBC.
Finalmente, en mayo de 2017 GoldCorp cerró la mina Marlin de Guatemala.
Tanto en México como en Honduras, la empresa fue acusada de ser responsable de problemas como contaminación, destrucción de recursos naturales y muertes de personas.
Por su parte, la compañía Newmont enfrentó un conflicto en Perú luego de que en junio de 2000 se derramaran 150 litros de mercurio en la mina Yanacocha, en la zona de Cajamarca.
Un documento publicado en 2012 por el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, contabilizó más de 1.000 personas envenenadas.
La multinacional Newmont inscribió a fines de diciembre un total de 182 nuevas solicitudes para la exploración y explotación minera en la región en torno a Coyhaique, sumando un total de más de 50.000 hectáreas según consta en el Diario Oficial del 10 de enero de este año.
Los terrenos inscritos por la compañía norteamericana se ubican cerca de la frontera con Argentina, una zona que se caracteriza por bosques de lenga y ñire. Además, en muchas de estas áreas existe presencia de patrimonio arqueológico y paleontológico.
Estas inscripciones se suman a otras miles de hectáreas inscritas en febrero y junio de 2018.
El 15 de enero de este año, Newmont se posicionó como la industria de oro más grande del mundo. Esto después de adquirir por cerca de US$ 10.000 millones a la compañía canadiense GoldCorp.
Con múltiples inversiones a nivel global, GoldCorp impulsaba hasta hoy en Chile los proyectos Nueva Unión (Alto del Carmen, región de Atacama) y Norte Abierto (Tierra Amarilla, región de Atacama). Además, de mantener durante años concesiones de exploración en la región de Aysén, en el sector conocido como El Estero a unos 15 kilómetros al noroeste de Puerto Ingeniero Ibáñez.
Ambas compañías han operado en países como Guatemala, Honduras, México y Perú, donde han enfrentado conflictos socioambientales, pero también denuncias por violaciones a los derechos humanos.
Uno de los casos más emblemáticos de la compañía GoldCorp a nivel global se dio en Guatemala, donde operó por más de una década. La mina Marlin, al oeste del país, trajo consigo crecimiento económico, pero también severos impactos en la biodiversidad, como la contaminación de ríos, e incluso ocasionó la muerte de personas.
En 2009 un hombre fue quemado vivo por trabajadores de la empresa. Un reportaje publicado en The Guardian cinco años después, en 2014, reveló su historia. “Él defendía nuestros derechos. Informaba a las comunidades sobre los problemas que había traído la minera, y estaba avanzando en una consulta popular (acerca de la permanencia de la empresa)”, dijo una amiga de la viuda al medio inglés.
Después de esta y otras situaciones, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos instó al gobierno guatemalteco a suspender las operaciones de la mina Marlin. Sin embargo, la petición no fue acatada.
En 2010 un estudio realizado por investigadores de salud ambiental de la Universidad de Michigan alertó sobre los daños en la población indígena que vivía en sectores aledaños al recinto minero. “Tienen en su sangre y orina mayores niveles de metales potencialmente tóxicos que quienes viven a más de 7 kilómetros”, se asegura en un reportaje de la BBC.
Finalmente, en mayo de 2017 GoldCorp cerró la mina Marlin de Guatemala.
Tanto en México como en Honduras, la empresa fue acusada de ser responsable de problemas como contaminación, destrucción de recursos naturales y muertes de personas.
Por su parte, la compañía Newmont enfrentó un conflicto en Perú luego de que en junio de 2000 se derramaran 150 litros de mercurio en la mina Yanacocha, en la zona de Cajamarca.
Un documento publicado en 2012 por el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, contabilizó más de 1.000 personas envenenadas.