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Colegio de Periodistas lamenta muerte de periodista y sacerdote Enrique Moreno Laval

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La muerte del  periodista, sacerdote y defensor de los derechos humanos  Enrique Moreno Laval hiere profundamente a quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y  compartir con él durante su vida.  En particular, afecta profundamente a los periodistas con quienes siempre mantuvo un estrecho vínculo desde que ingresó a la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica, a inicio de los años 70, atraído por el rol social que cumple nuestra profesión, y que lo mantuvo ligado durante toda su vida, especialmente, en los años difíciles para la libertad de expresión.

Enrique fue hermano del ex presidente del Colegio de Periodistas, Jaime Moreno Laval, presidente de la Orden también en años  duros y quien sostuvo memorables batallas en defensa de la integridad y el derecho de los chilenos a saber la verdad de los acontecimientos en el Chile de la dictadura. Se incorporó a la Congregación de los Sagrados Corazones en 1960 y fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1968.

En octubre de 1973, a mediodía, fue detenido y llevado prisionero al Estadio Nacional, experiencia que se extendió hasta el día 2 de noviembre y que relata en su libro “Mis días en el Estadio”, vivencia que marcó su vida. Allí sufrió el dolor  propio y el de sus compañeros de prisión y celebró dos  eucaristías  en la escotilla, que luego  se han recordado como “las misas del Estadio”.

Como sacerdote se le recuerda como uno de los  “curas obreros”  porque sus primeros años de ministerio sacerdotal los desempeñó en la Parroquia San Pedro y San Pablo, ubicada en la comuna de La Granja en Santiago, y los siguientes 14 años en la Arquidiócesis de Concepción, donde además de su trabajo pastoral ejerció como periodista, fue asesor de la Juventud Obrera Católica arquidiocesana y luego vicario de la Pastoral Obrera.

Estaba lleno de planes porque se encontraba asumiendo nuevamente la parroquia San Pedro y San Pablo, donde descansan los restos del padre  Esteban Gumucio, de cuya causa de beatificación Enrique Moreno era vicepostulador.

Durante el año 2017 le correspondió fundar la misión de la Congregación en Diego de Almagro, diócesis de Copiapó, donde estuvo a cargo de la parroquia Espíritu Santo.

Sin embargo, una de las etapas más notables de su vida las vivió en Concepción donde ejerció como periodista, sacerdote y brindó su máximo apoyo a quienes sufrían las persecuciones políticas de la dictadura.

Asistir y acompañar a Sebastián Acevedo fue un acto heroico y que pasará a la historia de Chile reflejando en toda su magnitud la estatura moral, social y religiosa de Enrique Moreno.

“Sólo veo al inmolado de Concepción que hizo humo
de su carne y ardió por Chile entero en las gradas
de la catedral frente a la tropa sin
pestañear, sin llorar, encendido y
estallado por un grisú que no es de este Mundo: sólo
veo al inmolado”  Gonzalo Rojas

Tal vez uno de los hechos más conmovedores de la historia  reciente de nuestro país fue la inmolación de Sebastián Acevedo, ante la catedral de Concepción. Sin embargo, el rostro y la acción del cura y periodista Enrique Moreno Laval, ante ese acto desesperado de un padre que reclamaba la libertad de sus hijos Galo y Candelaria, quedó impresa para siempre, en nuestra alma y en los ojos aterrorizados de chilenos que presenciaron este acto.

Este hito lo dejó  inscrito para siempre en la historia de los  chilenos valientes que entregaron sus vidas por la causa de derechos humanos, que sin medir su situación personal cumplió con el mandato de vida que se impuso al ingresar como sacerdote.

A tres días después de ocurrido los hechos, el 14 de noviembre de 1983, el obispo auxiliar de Concepción y los vicarios exigen la disolución de la CNI “porque sus acciones dañan y siguen dañando profundamente la convivencia en nuestro país”, y agregan que este tipo de situaciones inhumanas y anticristiana deben concluir, exigiendo que quienes sean sospechosos de culpabilidad sean puestos a disposición de los Tribunales de Justicia.

Por su testimonio de vida, Enrique Moreno Laval ingresa a la Historia de Chile, en el más amplio sentido como sacerdote, periodista y defensor de los derechos humanos.

Expresamos a su hermana María Eugenia Moreno Laval, nuestro dolor y cariño, también ella es una  periodista que siempre ha tenido un profundo vínculo con el Colegio de Periodistas, por la  defensa del ejercicio profesional, la ética y los derechos enarbolados por la Orden.