En una nueva conmemoración
del 11 de septiembre y gracias al espacio que la prensa les da, un grupo de
indolentes vuelve a violentar a los/as muertas/os, desaparecidas/os o torturadas/os
por la dictadura y sus familias, entre ellos la periodista Diana Aarón.
“Todavía en nuestro país hay personas que son capaces de rendir homenaje a un
asesino”, escribió, en noviembre del 2011, la periodista María Eugenia Camus,
en memoria de su colega Diana Aarón. Hoy, a 46 años del Golpe Militar y tras
conocer el repudiable inserto publicado en las páginas de El Mercurio, estas
dolorosas palabras aun siguen vigentes.
En la columna, publicada en El Mostrador, María Eugenia rindió un sentido
homenaje a su amiga Diana, periodista, judía y militante del MIR, que a los 24
años fue torturada y asesinada por la dictadura de Augusto Pinochet.
“Ella venia de Periodismo de la Universidad Católica. Yo de la Chile. No
fue casual que optáramos por el periodismo: ambas creíamos que es una
responsabilidad, con la sociedad, informar lo que sucede, con las armas de la
verdad, moleste a quien moleste”, narró.
Según María Eugenia, Alba, su apodo como militante del MIR, o Úrsula, como
era llamada en la clandestinidad, “encontró el amor, con quien quería construir
familia y futuro sin hacer caso al miedo y la incertidumbre. No pudimos
compartir ni conversar lo nuevo que le estaba pasando. Tampoco su felicidad
cuando supo que esperaba un hijo. Una muestra más de su coraje y amor por la
vida en medio de esos días oscuros”, explicó la periodista.
Según indica el Informe de la Comisión para la Verdad y Reconciliación
(1990), Diana Frida Aron Svigilsky “fue detenida el 18 de noviembre de 1974, en
la vía pública, por agentes del Estado, ocasión en la que fue herida de bala. Se
tienen antecedentes de su permanencia en Villa Grimaldi y en la Clínica de la
DINA, ubicada en calle Santa Lucía Nº120”. Desde ahí se pierde su rastro, tras
ser torturada cruelmente por Miguel Krassnoff.
Las palabras de María Eugenia Camus fueron redactadas luego de saber que, el
mismo día que se cumplían 37 años de la desaparición de su amiga (2011), la
comuna de Providencia rindió un homenaje a Krassnoff, torturador que hasta
ahora niega su responsabilidad en el crimen de una mujer embarazada.
“Pienso en que habría estado ahora y la imagino escribiendo, opinando,
criticando y aportando. La veo indignada con la situación vergonzosa que vivió
la comuna de Providencia por el homenaje a un torturador sobre cuya cabeza
pesan 140 años de cárcel por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad”,
indicó Camus.
APOLOGÍA A LA VIOLENCIA
Una vez más, y no siendo suficiente el dolor de tantas familias que
perdieron a sus seres amados, por pensar distinto, la prensa indolente publicó
un inserto que a nadie le extraña, pero que violenta tanto como los “homenajes”
a los torturadores.
Ante esto, periodistas y comunicadores de los más diversos medios
(escritos, radiales, digitales y audiovisuales) de todo el país, de forma
individual y colectiva, incluso un grupo de periodistas del mismo medio, repudiaron
el texto publicado en el Diario El Mercurio, a través de acciones que incluyeron
cartas, fotografías, palabras en redes sociales y actos públicos.
El Consejo Nacional del Colegio de Periodistas de Chile, en su cuenta de
twitter, señaló que “la libertad de expresión fue una lucha de 17 años que
significó censura y muerte de colegas. Conquistarla significó recuperar un
derecho, pero también una responsabilidad. La prensa no puede ser promotora del
negacionismo y tergiversación histórica”, palabras que compartieron los
Consejos Regionales de todo el país.
Del mismo modo, la Comisión de Género, Rosario Orrego, del Consejo Regional
Atacama rechazó, categóricamente, la publicación en el pasquín nacional. “En
memoria de Diana Arón, de Pepe Carrasco, de Jaime Sierra Castillo -locutor
copiapino de Radio Atacama asesinado por la Caravana de la Muerte-, y por tantos
colegas que murieron en dictadura, repudiamos inserto que apareció en la página
C5 del diario El Mercurio”.
“Por el dolor ante la muerte de Diana Arón, y por la lucha contra el olvido
de las mujeres y disidencias sexuales desaparecidas, torturadas y ejecutadas
durante la dictadura, exigimos justicia por las violencias vividas y por las
que aun vivimos; pero sobre todo, decimos basta a los medios cómplices de la
ignominia, que fomentan la ignorancia y el desconocimiento de la verdad”,
concluye la Comisión de Género, Rosario Orrego.