Rocío Alorda Zelada,
Presidenta Nacional Colegio de Periodistas de Chile
El Colegio de Periodistas de Chile cumple 69 años este 11 de julio, una fecha que nos invita a reflexionar profundamente sobre la importancia del periodismo en nuestra sociedad y el rol que debe desempeñar en la profundización de la democracia, especialmente en un contexto lleno de riesgos y amenazas.
En esta ocasión, reafirmamos nuestro compromiso como periodistas con la defensa de la libertad de expresión, un derecho fundamental que facilita el ejercicio de todos los demás derechos. También ratificamos la importancia de la ética periodística, que permite ofrecer un discurso público sólido y responsable sobre el papel del periodismo en la construcción de una sociedad democrática y justa.
Nuestra organización nació hace más de seis décadas, impulsada por quienes, conscientes de la relevancia pública de su trabajo, buscaron crear estructuras formales para defender sus derechos laborales y dignificar su oficio. Gracias a estos esfuerzos, el Colegio se ha convertido en un referente en la defensa de la libertad de expresión, la ética, el pluralismo y los derechos humanos.
A lo largo de su historia, el Colegio de Periodistas de Chile ha jugado un papel central en la protección y consolidación de libertades y derechos fundamentales. Ha intervenido activamente en la promulgación de leyes que garantizan el derecho a la información y ha denunciado sistemáticamente los intentos de limitar el ejercicio libre de la profesión.
En momentos de crisis, dictaduras o conflictos sociales, el Colegio ha sido un baluarte inquebrantable, apoyando a periodistas perseguidos y promoviendo espacios de discusión para analizar el rol de los medios de comunicación en la sociedad y la importancia del periodismo para el bien común.
Asimismo, hemos impulsado la creación del Código y los Tribunales de Ética, y nuestra voz ha sido firme en la denuncia de fenómenos como la desinformación, los discursos de odio, así como en la promoción de la transparencia, el acceso a la información y la defensa del interés público.
En estas décadas, hemos abierto espacios de diálogos entre periodistas, estudiantes y la ciudadanía para debatir sobre las nuevas tecnologías de la información, la precarización laboral, las agresiones contra periodistas y los riesgos que enfrentan en un contexto global cada vez más complejo y violento.
Hoy, nuestra organización está en alerta desde Arica hasta Magallanes, ante el proyecto de ley del Senado que busca endurecer las condenas por la divulgación de información de causas penales, lo cual podría abrir la puerta a sancionar a profesionales del periodismo y medios de comunicación. Por ello, nuestro Consejo Nacional se ha declarado en movilización para evitar que se establezcan normas que restrinjan la difusión de información de interés público o que limiten el rol fiscalizador de la prensa, y mucho menos que se instauren bases para una nueva forma de censura previa.
En los últimos años, nuestro foco ha sido impulsar acciones para prevenir las agresiones y vulneraciones de derechos contra periodistas. Hemos impulsado acciones para que el Estado genere marcos legales y políticas públicas que aseguren un entorno seguro para ejercer el periodismo, reconociendo su papel fundamental en la transparencia y el fortalecimiento de la democracia. Este compromiso se ha traducido en el apoyo público al proyecto de ley de protección a periodistas y trabajadores de las comunicaciones, actualmente en su segundo trámite legislativo. Sin la acción constante del Colegio, las y los periodistas estarían mucho más expuestos a amenazas en un escenario de creciente violencia contra la profesión.
El Colegio de Periodistas de Chile invita a la ciudadanía a reconocer la importancia del periodismo como bien público, a defender la independencia de los medios y a participar activamente en la construcción de una sociedad informada, plural y respetuosa.
Con esta conmemoración, celebramos la fuerza de la palabra, la valentía de la verdad y el poder transformador del periodismo al servicio del bien común. Es un llamado a la memoria, la gratitud y la acción. Un recordatorio de que un periodismo responsable y ético es esencial para la democracia, la justicia y la dignidad humana.