Por Margarita Pastene Valladares
Presidenta Nacional Colegio de Periodistas de Chile
Presidenta Nacional Colegio de Periodistas de Chile
A propósito de la decisión de
la Corte de Apelaciones de Santiago que acogió un recurso de protección y
ordenó a la empresa periodística Copesa S.A. a rectificar la noticia que
publicara La Tercera sobre la ejecución de Jorge Oyarzún Escobar y Juan Escobar Camus, el
Colegio de Periodista de Chile ha considerado este hecho como histórico y una
oportunidad única para interpelar a la prensa que en dictadura actuó como
cómplice directo en el ocultamiento de la verdad de los crímenes de lesa
humanidad.
La acción cautelar presentada
por Paola Oyarzún Escobar, hija y sobrina de los sindicados como subversivos por ese medio, fue acogida en
fallo unánime por la Primera Sala del tribunal de alzada que integraron los
ministros Dobra Lusic, Leopoldo Llanos y la abogada (i) Carolina Coppo. En
diciembre de 2016, ya la justicia había establecido que Jorge Oyarzún y Juan
Escobar fueron en realidad víctimas de un crimen de lesa humanidad, lo que fue ratificado
por la Corte Suprema, posteriormente.
Si bien el diario El Mercurio
se apresuró a rectificar la información de la versión entregada en 1973, el
diario La Tercera no tuvo ningún interés en aclarar la verdad de los hechos.
La versión dada a conocer por
los medios sobre este caso, en octubre de 1973,
señalaban que las víctimas, luego de atacar con disparos una población
militar, habían huido y que los militares tuvieron que perseguir a los estos
“terroristas”. Luego de capturarlos habían cumplido con lo dispuesto el Bando N° 24, ejecutándolos en el mismo
lugar. La verdad era diametralmente opuesta: los jóvenes fueron detenidos y
asesinados en las cercanías de las calles Nataniel y Arauco, por un militar.
La Corte fundamenta su
decisión, teniendo presente que “en el orden internacional el derecho de
rectificación o respuesta se encuentra expresamente reconocido a favor de los
individuos que se sienten perjudicados o afectados negativamente por alguna
publicación periodística emanada de un medio de comunicación social”.
Agrega que “el derecho a la
rectificación comprendido dentro de la libertad de expresión, por cuanto a
pesar de haber atribuido a las víctimas una participación culpable en los
hechos falsos de que daba cuenta la crónica, no ha ajustado actualmente su
actuación a la exigencia de permitir a los integrantes de la comunidad recibir
una nueva información que aclare la anterior, falsa y agraviante”.
Luego de todos los casos de condenas por violaciones
innegables a los DD.HH., que el propio diario La Tercera ha tenido que informar
porque dada la gravedad de las evidencias con autores confesos y encarcelados, los
medios, en general, no han ha podido esquivar estas realidades y han estado
obligados a informar.
No obstante estos mismos medios, han
intentado pasar desapercibido respecto de su responsabilidad de lo que
informaron en dictadura a la ciudadanía. Es más, no han tenido ningún interés en
rectificar de motu proprio. Tuvo que
venir una Corte a obligarles a pedir disculpas y decirle al país que mintieron
sistemáticamente. La condena a La Tercera, es una condena a todos los medios
involucrados en el ocultamiento de la verdad.
El Colegio de Periodistas, ha señalado que
esta es una oportunidad histórica, para exigir a todos los medios que
ocultaron, negaron, tergiversaron y generaron verdaderos montajes informativos
en un inexcusable rol de cómplices
directos de la dictadura cívico-militar, que
tengan la decencia de decir perdón. El país lo merece.
Si bien por años hemos denunciado como gremio,
que estas prácticas son ilegítimas y totalmente alejadas de la ética
periodística ocurridas en nuestro país, a través de nuestros Tribunales de Ética
y Disciplina hemos sancionado duramente a autores intelectuales y directos de
los montajes periodísticos en los medios de comunicación que colaboraron con la
dictadura. Hoy creemos que ha llegado la hora de asumir una responsabilidad
mayor ante al país.
Solo con la verdad y la rectificación de esta
ignominia, podremos mirar con la frente en alto a las futuras generaciones de periodistas
y a nuestra sociedad.
Santiago, 14 de abril de 2019